En el 2018 la Academia Sueca para el Nobel de literatura suspendió la entrega del premio por un escándalo de abuso sexual que involucraba al esposo de una de los miembros de la institución. No fue hasta 2019 cuando finalmente se reunieron y escogieron como ganadora del Nobel de literatura 2018 a la escritora polaca Olga Tokarczuk. Hasta que se le otorgara el Nobel no conocía a Tokarczuk y fue hasta ahora que su novela “Sobre los huesos de los muertos” llegó a mis manos gracias a la recomendación de una amiga lectora. A medida que fui pasando las páginas y me sumergí en la historia, Tokarczuk me atrapó con su thriller en el cual una mujer en sus 60 o 70, de apellido Dusejko, que vive en un pequeño pueblo polaco en la frontera con la República Checa y que concede un mote peculiar a cada persona que conoce descubre el cadáver de uno de sus vecinos. A partir de este primer deceso comienzan a sucederse otras muertes inexplicables y Dusejko quien también es astróloga decide calcular las cartas natales de los asesinados para encontrar en los astros las claves de sus muertes. Es este personaje a través del cual Tokarczuk va narrando esta intrigante historia.
Si algo me gusta en un escritor es advertir en su escritura que lo hace por placer, que no pretende cambiar el mundo ni hacer planteamientos trascendentales. Olga es uno de ellos. Me permito llamarla por su nombre de pila porque, aunque solo le he leído una novela ya forma parte del club de mis “mejores amigas escritoras”. Escritoras con las que me encantaría tomar el café de la tarde o varias botellas de vino mientras diseccionamos la vida a través de sus personajes.
“Sobre los huesos de los muertos” es una historia que corre sola, con fluidez y naturalidad. A través del relato Olga diserta acerca del sentido de la vida, la religión, la vejez, la soledad y por supuesto la muerte. Expresando su punto de vista acerca de estos temas tan vastos sin pose ni pretensión. Una historia bien hilada con un giro inesperado al final que deja al lector boquiabierto. Descripciones acertadas para que el lector recree las imágenes sin abrumar con detalles innecesarios. Un error en el que caen hasta los más consagrados cuando describen excesivamente, dando detalles sin importancia que nada aportan a la narración.
Una historia redonda, Olga nos introduce en la novela poco a poco, aumentando el ritmo hasta llegar al clímax para finalmente cerrar en el momento justo, sin rodeos. Aprecio a los autores que saben poner punto final, que no tienen dudas del momento preciso cuando la historia ha concluido.
La narración en primera persona hace que de inmediato empaticemos con Dusejko que tiene en común con Olga el activismo por los derechos de los animales y el vegetarianismo. Recorremos con ella los nevados parajes del pequeño poblado polaco mientras nos adentramos en el relato de la búsqueda de la verdad y la justicia. En “Sobre los huesos de los muertos” Olga Tokarczuk nos habla de la amistad, la solidaridad y la defensa de las propias convicciones a pesar de las consecuencias. Sin duda no será la única novela que leeré de esta escritora que se ha ganado un puesto en mi biblioteca.